Y para no variar hoy fue uno de esos siempre lunes raros en mi vida.
Escribí una entrada horrible (la anterior) y no la voy a borrar, para recordarme lo molesta que estaba.
Me puse una blusa con la que moría de calor.
Te tuve a dos centímetros de mí y no pude decirte nada (otra vez).
Volvimos a escribirnos.
Intenté dejar claro algo que no estaba enredado.
Me pasa siempre los lunes. Me asusta. A veces padre y a veces chafa.
Lo mejor es que los lunes solo vienen una vez a la semana.
No es que los odie, es que a ellos les gusta sorprenderme.
Lunes, siempre en lunes.
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