miércoles, septiembre 10, 2014

Carta #2

Y en uno de esos arranques que te dan por hacer como si nada hubiera pasado, hoy hablamos quince minutos por teléfono. Así, como si nada hubiera pasado.

martes, septiembre 09, 2014

Lunes, siempre en lunes...

Y pese a la gran cantidad de metros cuadrados que había en esa plaza, sus pies tenían que encontrarse en el mismo. Y ahí estaban, uno enfrente del otro, esos dos extraños que los últimos dos meses habían intercambiado miradas "casuales" en diversos puntos de la ciudad.

Todo comenzó aquél lunes que Camila subió al transporte público, más tarde de lo normal y directo al trabajo. Intentando que nada cayera de sus manos o saliera de su bolso, se acercó al único asiento libre, a un lado de él.

Sin siquiera notarlo, se sentó, acomodó sus pertenencias y sus audífonos con Let her go de fondo, (You see her when you close your eyes, maybe one day you'll understand why, everything you touch surely dies), y justo sintiéndose así. Tan ensimismada iba en su mundo que no se percató de la mirada de su compañero de asiento. No le prestó la más mínima atención. Llegó a su destino, volvió a tomar todas sus cosas que recién había vuelto a desacomodar, y así como subió, bajó del transporte público, tomando camino a su trabajo, a la espera de que nadie se diera cuenta de su retardo.


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