Ese sabor amargo en mi boca característico de estas noches…
Emanando de mis ojos ese líquido salado y frío que danza monótonamente por mi rostro bañando mi almohada con su tristeza…
Las ideas me recorren el cuerpo con un escalofrío estremecedor…
Y mis ganas de marcharme han vuelto…
De nuevo, entro en tu castillo y lo único que veo es odio, rencor y gritos. Como no es nuevo, decido agachar la cabeza, y hasta pedir una disculpa por cosas que yo no he hecho y sé perfecto que no son de mi autoría. Vuelvo como la gran tonta que soy a guardármelo todo por que ha muerto en mi la ilusión de encontrar una respuesta, de que me escuches sin golpearme, de que me comprendas.
Esta vez, intento obtener la respuesta por otro lado, estoy luchando por hacer cambios radicales y modificar las cosas… espero puedan cambiar de alguna manera y así sonreír más…
En realidad no quiero más pleitos ni disgustos, ni cartas de verdad horribles… solo quiero ser feliz…
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